CIRUGÍA ORTOGNÁTICA

Es el conjunto de técnicas quirúrgicas, que se realizan tanto en el maxilar como en la mandíbula, con objeto de modificar su posición, forma y/o tamaño, y constituyen la base del tratamiento de las deformidades faciales.
Las deformidades faciales tienen múltiples causas (congénitas, anomalías del desarrollo, traumáticas, etc.) y pueden afectar a cualquier estructura de la cara, como puede ser la mandíbula, maxilar superior, pómulos, nariz, órbitas y pabellones auriculares.
La causa más frecuente de las deformidades faciales son las alteraciones o anomalías del desarrollo, es decir, aquellas que empiezan a ponerse de manifiesto conforme se produce el crecimiento durante la infancia y adolescencia, terminando de evolucionar, habitualmente, cuando finaliza el crecimiento del individuo. Afectan fundamentalmente a la mandíbula, maxilar superior y a la región de los pómulos, siendo conocidas también como deformidades dentofaciales o, más erróneamente, como maloclusiones, por su repercusión en la oclusión dentaria.
Dependiendo de la severidad y de las estructuras de la cara que estén involucradas, las deformidades faciales provocan alteraciones estéticas y déficits funcionales, tales como dificultades masticatorias, fonatorias o respiratorias, predisponiendo algunas de ellas al desarrollo de una apnea obstructiva del sueño.
El esquema clásico de tratamiento consiste en una primera fase de tratamiento ortodóncico, cuya duración es variable, dependiendo del tipo de deformidad y de la severidad de la misma, una segunda etapa en la que se realiza la cirugía planificada y una tercera fase en la que se continúa el tratamiento ortodóncico y se realizan los ajustes finales de oclusión dentaria.
En la actualidad, y cada vez con mayor frecuencia, se está aconsejando un esquema terapéutico SURGERY FIRST, en el que se suprime la fase ortodóncica inicial, comenzando directamente con el tratamiento quirúrgico. No todos los pacientes son candidatos a esta forma de tratamiento, que deben ser seleccionados cuidadosamente.
Frente a los buenos resultados que el protocolo clásico proporciona habitualmente, el esquema de CIRUGÍA PRIMERO aporta como ventajas el acortamiento del tiempo de tratamiento, la ayuda al ortodoncista para facilitar ciertos movimientos dentarios y la corrección inicial del problema de armonía facial que tanto preocupa a algunos pacientes.
Las intervenciones de cirugía ortognática se realizan normalmente con anestesia general, aunque algunas técnicas pueden llevarse a cabo con anestesia local y sedación.
No hay necesidad de realizar incisiones en la piel de la cara, ya que toda la intervención se realiza a través de la boca.
De una forma esquemática, si queremos modificar la posición de un hueso de la cara, debemos crear una fractura totalmente planificada y precisa en el mismo y fijarlo en la nueva posición con miniplacas y tornillos de titanio. A continuación se relacionan las intervenciones más habituales.

a. En la mandíbula

• OSTEOTOMÍA SAGITAL
Es la osteotomía que se realiza con más frecuencia en la mandíbula. Ejecutada en la parte posterior de ambos lados de la mandíbula, nos permite modificar tridimensionalmente su posición.
• MENTOPLASTIA O GENIOPLASTIA
Con ella se pretende modificar la forma y la posición del mentón de forma exclusiva. Tiene una función eminentemente estética.

b. En el maxilar superior

• OSTEOTOMÍA DE LE FORT I
Es la técnica más frecuente en el maxilar superior. Con ella también podemos mover tridimensionalmente el maxilar.
• SARPE
Es una técnica quirúrgica muy utilizada, que pretende expandir o ensanchar progresivamente el paladar o maxilar superior mediante una técnica combinada de cirugía y ortodoncia.

• RINOPLASTIA.
La rinoplastia es el tratamiento estético de la nariz, que también puede tener un importante papel funcional, al mejorar la respiración nasal.
En determinados casos, dicha intervención se puede llevar a cabo de forma simultánea con la cirugía ortognática, sin ocasionar un empeoramiento significativo de la evolución postoperatoria.

• LIPOESTRUCTURA O INFILTRACIÓN DE GRASA.
La infiltración de grasa del propio paciente, obtenida de la parte lateral del muslo o del abdomen, es una técnica que pretende corregir asimetrías y aumentar partes deficitarias de la cara, como por ejemplo los pómulos o los ángulos mandibulares. Normalmente se realiza la infiltración al finalizar la corrección ósea con la cirugía ortognática.

• PRÓTESIS
Las prótesis artificiales para realizar aumentos de los pómulos, mentón o ángulos mandibulares, son cada vez menos utilizadas, aunque siguen teniendo sus indicaciones y también proporcionan buenos resultados.

• DISTRACCIÓN ÓSEA
Mediante esta técnica se pretende expandir o alargar progresivamente un área del esqueleto facial, como puede ser una parte o toda la mandíbula o el paladar, con la ayuda de un dispositivo mecánico que se activa diariamente, hasta alcanzar la dimensión o posición planificada. Un ejemplo sería la técnica de SARPE comentada anteriormente.

• PLANIFICACIÓN VIRTUAL 3D Y SIMULACIÓN QUIRÚRGICA
La planificación y ejecución virtual de los tratamientos que se van a realizar en esqueleto facial, mediante la utilización de imágenes de TAC y novedosos software informáticos, es una valiosa herramienta de la que disponemos en la actualidad



PREGUNTAS FRECUENTES

Aunque la duración de la intervención es variable, dependiendo de factores como la complejidad del problema que presente el paciente o las partes de la cara que se traten, como promedio, podemos generalizar que una intervención que trate sólo el maxilar o sólo la mandíbula nos llevará aproximadamente 90 minutos, mientras que una cirugía bimaxilar, que involucre a ambos maxilares, se prolongará aproximadamente durante 3 horas.
No, pero lógicamente no está exento de molestias, que se pueden tratar con medicación oral. Las principal molestias están provocadas por la inflamación de la cara, que es muy variable de un paciente a otro, según la cirugía realizada.
Normalmente el paciente está hospitalizado una media de 2 días, dependiendo de si se trata de una cirugía monomaxilar o bimaxilar
También es un tiempo variable, dependiendo de la intensidad del proceso inflamatorio que tenga el paciente y de su actividad laboral. Una actividad laboral sedentaria podrá reiniciarse aproximadamente a las 2 semanas
Normalmente se indica un periodo variable de 1-2 semanas de dieta triturada, dependiendo del tipo de cirugía realizada. Posteriormente se comenzará la introducción de alimentos de mayor consistencia tipo “tortilla o pasta”, para llegar a una dieta casi normal a las 6 semanas aproximadamente.
Utilizamos un instrumental muy especializado y preciso como son sierras quirúrgicas de corte de muy fino y también hemos introducido en los últimos 5-6 años el instrumental piezoeléctrico, que aporta una mayor precisión y seguridad en diversos pasos de la intervención.
No, sólo se retiran cuando provocan molestias, lo cual es muy poco frecuente. Si así ocurriera, sólo sería preciso realizar una pequeña intervención con anestesia local
Con esta cirugía no se pretende realizar cambios estéticos radicales, sino conseguir que haya una adecuada armonía y proporción entre las distintas zonas estéticas de la cara